La Refotografía
Impulsa la memoria social, el valor de ciudadanía e identidad.
La historia que hay detrás de cada fotografía, detrás de cada familia, comunidad o sociedad. Son historias que desconocemos y que sentimos la necesidad de saber. Es entonces, cuando la fotografía funciona como "disparador" de recuerdos, por eso al ver una foto no solo vemos una apariencia, sino que hay en ellas sentimientos, emociones, experiencias y sobre todo instantes que quedan grabados en nuestra memoria.
La fotografía es flujo de información relevante para observadores acuciosos, información que contiene un momento suspendido en el tiempo, un instante que impulsa la memoria social, el valor de ciudadanía y fortalece la identidad. Cualquier recuerdo puede ser el detonante de un proyecto de investigación social o la iniciativa de un proyecto social. Las fotografías son materiales con los que se puede construir una narración, avizorar problemáticas en un ejercicio creativo y prospectivo. Desde finales de los 60 hasta la actualidad los artistas y teóricos han trasladado y adaptado las técnicas y estrategias del archivo a la obra de arte, y es que hay un interés común por el arte de la memoria, tanto individual como cultural e histórica. Se pretende transformar el material histórico oculto en un hecho físico y espacial (Guasch, 2007, pág. 157).
"El hecho de tomar fotografías, de conservarlas o de mirarlas puede aportar satisfacciones en cinco campos: la protección contra el paso del tiempo, la comunicación con los demás y la expresión de sentimientos, la realización comunicativa de la historia, la problemática social, la distracción o la evasión" (Bordieu, 2003, p. 52). El archivo preserva la memoria y la rescata del olvido y de su eliminación. Parece un acto espontáneo, pero está sometido a reglas.
La fotografía es un archivo que tatúa el pasado, pero tiene una relación directa con el presente y nos permite reflexionar sobre el futuro. En otros términos, se hace clic en el pasado, se observa en el presente y deja huella para el futuro. De allí la importancia de relacionar presente y pasado en proyectos de refotografía. En la investigación fotográfica de nuestra comunidad, en la contemplación de la fotografía de ayer se produce un bucle temporal. Es decir, “estoy viendo” (en presente) algo que ha ocurrido mucho más atrás en el tiempo. Por lo que en la refotografía hay un doble bucle temporal, el de la fotografía original, y el de las imágenes actuales. Se trata de un juego de memorias que recomponen la historia de los lugares y las personas fotografiadas.
En palabras de Bourdieu: “las ocasiones de fotografiar, así como los objetos, los lugares y los personajes fotografiados o la composición misma de las imágenes, todo parece obedecer a cánones implícitos que se imponen de forma general" (Bordieu, 2003, p. 45).
Es obvio que, la refotografía se usa para contar historias y este doble juego permite contar dos historias superpuestas en el tiempo. La relación y las historias de pasado y presente se cuentan a través de los cambios y las diferencias que se dan con el paso de los años. Es una manera de reflexionar sobre la evolución que se ha dado y sobre lo ocurrido en los intervalos de tiempo. También nos hace pensar sobre lo que podrá ocurrir en un futuro, como afectará lo ocurrido en ese intervalo. Por otro lado, se pretende mostrar los cambios físicos, si es que los ha habido, en el entorno en el que se tomaron las fotos. Como la evolución de la arquitectura, del mobiliario urbano, los vehículos... donde la arquitectura es el atrezo de la historia, por ello no solo tratará de mostrar los elementos estructurales, sino de ir más allá y revelar algo de la historia social. La transformación que la sociedad y la cultura ha tenido; por tanto las imágenes son los periodistas denominamos, en nuestro lenguaje técnico, crónica social.
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